Testimonios II - María, enfermera
Continúo rindiendo un pequeño homenaje a todos aquellos que, de una forma u otra, están luchando día a día contra esta maldita pandemia, y que creo que tienen aquí su pequeña ventanita para poder expresar sus sentimientos en estos días tan complicados a veces. Como decía ayer a una de ellos, ellos respiran, sienten, lloran en soledad y se recargan con cualquier pequeña situación diaria. Ellos son nuestros verdaderos héroes, y como tal mi apoyo y admiración.
Os animo a que enviéis vuestras reflexiones a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. si estáis en esta "guerra" en alguno de sus frentes, o desde casa, pero siempre dejando ver vuestro día a día.
Os dejo con María, enfermera. Gracias por lo que me dijiste ayer y por compartir estas palabras con nosotros, y mucho ánimo para seguir adelante.
-----------
Dia casi 40 de confinamiento. Me pide un amigo y paisano que cuente mis impresiones, mi día a día en esta lucha contra el Covid-19. Aunque no lo creaís es muy difícil, mas de lo que parece, es complicado intentar plasmar mediante palabras tantas emociones y sentimientos que sentimos a diario.
Casi no se como empezar. Yo como enfermera, me levanto a diario intentando transmitir tranquilidad en casa y es hora de marcharme a trabajar. Llego al hospital con mi mejor sonrisa, esa que todos los que me conocen dicen que nunca debo perder. Me dirijo a esos servicios de hospitalización y urgencias que tanto me han enseñado y con esos compañeros que a día de hoy ya son FAMILIA, lista para otro intenso turno. Me coloco el uniforme de batalla, el gorro y esa mascarilla que no me deja respirar bien, pero a la que ya nos vamos acostumbrando. Pasamos momentos que jamás hubiéramos imaginado que nos tocaría vivir. Nadie nos había preparado para esto, situaciones que nos unen más de lo que ya estábamos. ¡Pero menudo equipazo el nuestro! ¡GRACIAS compañeros por hacer los turnos más fáciles!
Los pacientes nos miran con miedo, y ahí estamos nosotros, intentando transmitirles un poquito de tranquilidad, hacerles sentir que no están solos, aunque solo puedan ver unos ojos tras unas gafas empañadas, e intentar que sientan un poquito de calor. Sigo transmitiéndoles el mayor cariño del mundo disfrazado de buceadores o lo que sea que parezcamos.
Son muchos sentimientos a la vez, miedo, pena, nerviosismo, preocupación, superación, esperanza, respeto, compromiso, orgullo… y es que no se puede fallar.
Acaba el turno, al llegar a casa está mi familia, y es entonces cuando el mayor de los miedos me invade, y es que mi miedo no es contagiarme, mi miedo es contagiar a mi familia. Me tumbo en la cama y aun parece que tengo el gorro puesto y la mascarilla, duelen la nariz, las orejas, la frente… hasta que consigo cerrar los ojos y dormir. Mañana será otro día, ¡tal y como dice mi madre un día más es un día menos para que todo esto termine.
A pesar de todo los sanitarios siempre hemos dado lo mejor de nosotros, lo estamos dando y lo seguiremos dando.
Todos tenéis miedo, nosotros también tenemos miedo, pero aquí seguiremos luchando, al pie del cañón como hemos hecho hasta ahora, dejándonos cada día la piel y cuidando de todos y cada uno de vosotros.
Hoy estoy más orgullosa que nunca de la profesión que un día elegí, ENFERMERÍA, ¡La profesión más bonita del mundo!
A todos los compañeros que están a diario al pie del cañón, en mi hospital, en Andalucía, en España y el resto del mundo, a mi familia y amigos que me transmiten fuerza y confianza a diario. GRACIAS
VOLVEREMOS A ABRAZARNOS SIN MIEDO, VOLVEREMOS A SONREIR SIN NADA QUE NOS TAPE LA BOCA
Cuando te suscribas a nuestras novedades, te enviaremos un correo electrónico cuando haya nuevas actualizaciones en el sitio para que no te las pierdas.
Comentarios